viernes, 10 de marzo de 2017

Inercia

La primera Ley de Newton, elaborada para la física que gobierna la mecánica clásica, plantea que todo cuerpo con masa y peso, preservará su estado de reposo o movimiento, sí las fuerzas que actúan sobre él se encuentran equilibradas entre si; dicho de otro modo, sí un cuerpo se encuentra en reposo (o en movimiento) seguirá en el mismo estado indefinidamente, siempre que permanezca una "ausencia de estímulos" que lo hagan variar. El nombre de esta ley física, planteada inicialmente por Gaileo Galiliei y fortalecida por Isacc Newton,  desde el origen etimológico de su nombre en el latín, indica "inamovilidad", "inhabilidad" o "inacción".

La Inercia, es una propiedad intrínseca de nuestra fantástica computadora bioquímica, y se puede apreciar en nuestro comportamiento, a través del concepto denominado "Zona de Confort"; el cual es descrito por muchos autores como la "ausencia de estímulos" para modificar rutinas, objetar patrones, adquirir nuevos conocimientos o iniciar actividades emprendedoras, y según esta teoría, se caracteriza por el sedentarismo, la falta de ánimo para cambiar o progresar, la constante sensación de angustia e insatisfacción, o la permanencia en comportamientos y actividades que requieren el mínimo de inventiva o iniciativa. Con estas características, es posible creer que la Inercia Cerebral, es contraria a la obtención de un Objetivo Planteado, sin embargo esta afirmación está muy lejos de ser cierta.

Durante toda nuestra vida, se desarrolla un natural e infinito Proceso de Aprendizaje, que va convirtiendo toda la información recibida, en un conjunto estadístico de datos, permitiendo que nuestro Cerebro pueda realizar interpretaciones, suposiciones y predicciones de manera Inconsciente; elaborando Patrones de Pensamiento que van íntimamente asociados a las actividades Subconscientes que se ejecutan "automáticamente", en un Entorno, Contexto y Momento particular. Éste fenómeno nos permite el uso Eficiente de nuestra muy limitada capacidad de Atención Consciente, delegando en estos "Patrones de Pensamiento Automatizados" todas  las actividades que deben realizarse siempre de la "misma manera" y de forma rutinaria. Cuando reconocemos estas actividades automáticas en nuestro comportamiento, decimos que "lo hacemos por inercia", haciendo "habitual" nuestras reacciones frente a la aparición de particulares condiciones, y es allí donde toma utilidad la Inercia Cerebral, colocando en nuestra mente programas específicos que, dirigidos por nuestra Voluntad, establecerán el patrón más idóneo para alcanzar un Objetivo Planteado, con la mínima Atención posible.
En próximos artículos plantearemos algunas de éstas técnicas, fortaleceremos algunas ya planteadas y profundizaremos en la concepción de los Hábitos, desarrollando un conjunto de estrategias, destinadas a orientar nuestra Inercia Cerebral en la dirección que deseamos, sin perder (por completo) el control de nuestro maravilloso Formula 1.

Es en este punto donde se plantea una interrogante, que puede llegar a sonar odiosa a la luz de los profesionales en la mente humana y muchos "Gurús Modernos"... ¿Es un error permanecer en la "Zona de Confort"?. Mi respuesta para esta pregunta es un irrefutable NO. Pues, si realmente estamos en nuestra "Zona de Confort", es porque hemos alcanzado plenamente todos los aspectos del Objetivo Planteado y en consecuencia, vamos a DISFRUTAR DEL CONFORT que nos brinda la satisfacción plena del conjunto de necesidades, que originó nuestro movimiento hacia dicho Objetivo. No obstante, incluso luego de alcanzar el Objetivo y creer que estamos en nuestra "Zona de Confort", sí aun persisten sensaciones de insatisfacción, angustia, o incomodidad, le tengo una muy mala noticia AUN NO HA LLEGADO A SU ZONA DE CONFORT, por lo que debe evaluar nuevamente su Objetivo y plantearse un método para re-orientar su Inercia Cerebral en virtud de alcanzar lo que verdaderamente desea y/o necesita.

Todo el planteamiento anterior, termina por ser una contradictoria paradoja entre los conceptos (a simple vista opuestos) de PROGRESO e INERCIA. Donde el primero, reconocido como una virtud, establece "LA EXISTENCIA DE UN SENTIDO DE MEJORA EN LA CONDICIÓN HUMANA", mientras que el segundo, con una percepción social más bien negativa, plantea "LA PERMANENCIA EN EL ESTADO Y CONDICIONES QUE YA EXISTEN", por lo que comparativamente, el primer concepto implica CAMBIO y EVOLUCIÓN, mientras que el segundo plantea PERMANENCIA (pero no necesariamente inamovilidad). Mi pregunta para su reflexión es... Si en el transcurrir de su vida, ha incorporado un conjunto de Hábitos que lo han llevado al Éxito en la mayoría de sus Metas y Objetivos, quedando plenamente satisfecho y conforme con lo que ha obtenido de ellos, ¿Por que razón cambiaría la Inercia que dirige sus actos?, ¿Cual sería la Motivación para salir de su "Zona de Confort"?, ¿Que tipo de Evolución puede plantearse ante un Modelo Exitoso?. Mi respuesta para usted es que, de no existir nuevos Objetivos a perseguir, o cambios en el Entorno, o quizás en el Contexto personal para interpretar su nivel de satisfacción, NO CAMBIE NADA!!!, continúe en el "movimiento rectilíneo uniforme" que plantea su Inercia Cerebral, pues está en el camino correcto.

No obstante, si por el contrario ha percibido que su actual "Zona de Confort" ya no es tan cómoda y agradable como lo fue en otrora, y ha "capturado al gusanillo de la insatisfacción, devorándose los frutos de sus logros", entonces ha llegado el momento de hacer ajustes en sus Objetivos y plantear una verdadera Evolución Personal, re-orientando su Inercia Cerebral y evaluando la utilidad de sus Hábitos para alcanzar ese "Lugar Deseado".

En este punto le invito a pensar en su Mente como un automóvil de Formula 1, diseñado para ir sólo hacia adelante, y en la medida de lo posible jamás detenerse, manteniendo su Inercia mientras dure su movimiento. Nuestra Conciencia viene a ser el piloto tras el volante, encargado de dirigir el auto dentro de la pista, tomando en cuenta las curvas y rectas, decidiendo el mejor lugar para acelerar o reducir la velocidad, y finalmente tomar las decisiones más Útiles para alcanzar la Meta. Sin embargo, existen unas pequeñas diferencias entre conducir un auto y conducir nuestro Cerebro, entre las cuales destaca la dificultad (y a veces imposibilidad) de nuestra Mente para detenerse, con lo cual nos vemos en la obligación de incorporar las tareas de mantenimiento, carga de combustible, atención a fallas y demás detalles, en la operación misma de conducir el auto. De allí, que sea muy poco probable que podamos mantener plena Atención Consciente de todo lo que se debe hacer, para lograr el Objetivo propuesto.

A diferencia de los vehículos, nuestro Formula 1 bioquímico tiene la capacidad de ejecutar Tareas Desasistidas, para el mantenimiento, ajuste, carga de combustible y demás, a través de las órdenes que el piloto establezca, ajustando los detalles que sean pertinentes para un Entorno, Contexto y Momento particular.; y finalmente, determina la secuencia de pasos que debe seguir, cada vez que se presente la misma situación (o alguna parecida) durante el circuito, con lo cual, descarga al piloto la responsabilidad de Atender Conscientemente estas tareas rutinarias, estableciendo así un Hábito de trabajo.

A pesar de lo increíblemente sofisticado que esto suene para usted, existen algunos "detalles técnicos" a ser considerados; el primero de ellos es que, al piloto le cuesta mucho mas "esfuerzo" dirigir el auto, al mismo tiempo de diseña nuevas secuencias, por lo que casi siempre, nuestro Formula 1 bioquímico tratará de utilizar y/o combinar las secuencias ya existentes, lo cual hace muy probable que terminen por generarse algunos Hábitos nada eficientes. El segundo "detalle técnico" es que luego de incorporar un Hábito (o secuencia de pasos), es sumamente complejo ajustarlo o cambiarlo, y de lleno será mucho mas sencillo reemplazarlo que eliminarlo. Por último y no menos importante, la Inercia Cerebral, lleva nuestra Mente siempre hacia adelante (sin detenerse), lo cual no necesariamente significa que vamos en dirección a nuestro Objetivo, así que, cuando el piloto dedica su Atención Consciente a los ajustes de las tareas desasistidas, puede que suelte el volante, y en consecuencia se arriesga a perder la dirección, e incluso la pista donde corre.

Por todo lo anterior, se hace en extremo útil la utilización de Técnicas, que puedan ayudarnos a modificar nuestra Inercia Cerebral en la dirección que deseamos, sin perder el control Consciente del volante y facilitando la incorporación de nuevos Hábitos Útiles. Algunas de las técnicas más Eficientes se encuentran en la PNL (Programación Neurolinguística) y el Coaching, sin embargo para ambos casos se hace muy necesario el estudio de temas algo densos y profundidad en la introspección. No obstante es posible tomar en consideración los principios de acción que éstos modelos plantean y cristalizar algunas técnicas sencillas que, Subconscientemente, se han utilizado por siglos para modificar nuestro comportamiento social, bajo el velo de religiones, esoterismo superstición y publicidad, y que gracias a nuestro conocimiento moderno de la Mente y sus capacidades, podremos aprovechar para favorecer nuestra Eficiencia Personal en la obtención de nuestros Objetivos más deseados.